Jaime
II, cuya corte se hallaba oficialmente en Perpignán, lo utilizó
como residencia
de verano, encargando su restauración a Pedro Selva, el mismo que dirigió
la construcción del Castillo de Bellver:
Jaime II modificó notablemente
dicho palacio, añadiento a la solidez musulmana de su construcción,
la riqueza y comodidades deseadas para la corte Mallorquina.
Fue
por tanto a partir del 1309 cuando se iniciaron los trabajos de reconstrucción
durante los cales se añadieron cuatro torreones almenados, un pórtico
y en la fachada del mar una fina galería ojival. El soberano
mallorquín hizo erigir la Capilla Real llamada también
capilla de Santa Ana:
de estilo gótico, de pequeñas dimensiones, pero excepcionalmente bella; tiene
un portal románico, uno de los raros ejemplares que existen en la isla.
En el interior de la misma es importante un retablo pintado en 1465 por
el mallorquín Rafael Mojer. Visible desde lejos, sobre una de
las cuatro
torres hay una veleta representando un ángel, realización
de Antonio Camprodón,
un artista nativo de Perpignán que también colaboró
bajo el dominio
de Jaime II a las obras de transformación de dicha fortaleza
mora.
El
palacio de la Almudaina es actualmente sede de la Capitanía General
de Baleares
y muchas obras de arte se hallan en él: tapices flamencos del
XVI y
XVII siglo que representan hechos de la historia de España; tapices españoles
del siglo XVII y XVIII; estendartes con pasajes de la batalla de Lepanto,
que en el 1571 derrotó a los turcos por las flotas españolas
y venecianas